Homenaje a Soledad Puértolas por Ana Domingo Martínez
“GRACIAS SOLEDAD”
A
mi madre le gustaba mucho esta gran mujer.
Leía con devoción y entusiasmo todo lo que escribía.
Me
contó que, por ironías de la vida, sentía afinidad con Soledad. Y era que Soledad había nacido en Zaragoza,
pero residía en Madrid, lo contrario de mi madre que, siendo madrileña de
origen, vino a vivir a Zaragoza a la edad de nueve años.
En
esos momentos yo no supe apreciar su labor de escritora.
Todo
empezó hace tres años, en el 2009
mi madre murió y yo perdí el rumbo.
Un
día, mi cuñada me prestó un libro de Soledad Puértolas, “Con mi madre”. Esperaba que
me ofreciese tanto consuelo y ayuda como a ella.
Y
obró en mí casi un pequeño milagro.
Recuerdo que al terminar de leer la última página, inspiré hondo y pensé
en mi madre y en Soledad. Y no supe
decir otra cosa más que “GRACIAS,
SOLEDAD”.
A
partir de ahí me dediqué en cuerpo y alma a “conocer” más a esa mujer
entrañable. Su vida, sus obras y sus merecidos premios.
En
el año 2003, le concedieron el Premio de las Letras Aragonesas. Aragón la
consagraba como “netamente aragonesa”. Una
gran satisfacción.
Y,
quizá, el más importante fue su nombramiento como Académica de la Lengua por la Real Academia
Española, donde pasó a ocupar el sillón “g”
en enero del 2010.
- Grande,
genuina, gentil, grácil, generosa, galante, ganadora, glamorosa, galardonada,
gloriosa, guapa y no se me ocurre nada mas, salvo…
“GRACIAS”
“Durante años, la he observado en ratos de silencio de
lejos. Cuando murió se agolparon en mi
mente las zonas oscuras o en penumbra, los huecos y carencias que yo había
creído intuir en su vida. Mi madre,
radicalmente discreta y humilde, siempre optó por la contención. ¿Qué había en esa contención, me he
preguntado desde el día en que murió. Y
he llorado hasta el agotamiento. Después
de las lágrimas, vino la revelación.
Ella estaba allí, dentro de la contención. La forjó ella, Ana María
Villanueva Guerendiáin. Mi madre, una
persona autónoma. Creó su propia vida de
principio a fin.”
Ana Domingo Martínez